domingo, 17 de mayo de 2009

Cuando uno está "tekoreí"

Matías (un amigo que aprecio) y yo, nos encontrábamos en el patio de la facultad (hace tres años atrás) burlándonos de las tribus urbanas que no aportan alguna ideología social que mejore nuestra realidad (y eso que no teníamos idea de lo que se avecinaba: floggers coloridos, emos suicidas mentales, mucho peor de lo que nos estábamos burlando).
En aquel entonces estaba muy de moda el estilo punk, que en algunas ocasiones, algunos grupos, incitaban a la violencia, al consumo "sin fundamento" de alucinógenos, al sistema político anárquico, siendo que estos pendejos con olor a leche no tenían mínima idea de lo que esto implicaba, o en algunos casos, la anarquía para ellos era sinónimo de rebeldía.
Para rememorar aquel tiempo, en el que el pogo no era considerado un acto de violencia sino un: "baile de moda", hoy limpiando mi dormitorio, encontré un cuaderno en el que en vez de tomar apuntes de las clases, Matías y yo, escribimos la letra de una música sin notas. Algo "Púnker", algo pasado de moda.

Le metí un palo en el culo a mi abuela
Y esta mañana le reventé a m vieja
Con unos amigos prendí fuego a la escuela
Porque soy "Púnker muy malo"...
entendiste pendeja?

De música no entiendo,
sólo "pogueo"
Armo desastre y siempre me empedo
Me fumo un porro
ni mi nombre me acuerdo

Le pegué a un tipo en silla de ruedas
Hablo de Anarquía aunque no la entienda
Soy "Púnker muy malo"
Entendiste pendeja?

En la cabeza no tengo neurona
Sólo el humo denso de la macoña
Le eché ácido a la empleada Ramona
Y sin saber que hacer me puse de novio con una mona.

7 de setiembre de 2006.

(Imaginen el desastre de mi dormitorio desde ese entonces)

Sólo mi amigo y compañero Dany Brítez no está incluído en la lista de los púnkers que nombré más arriba.

viernes, 1 de mayo de 2009

Vivimos en un mundo de máscaras, y por naturaleza propia, la mía, he sido contrera desde mi primer aliento de vida, en esta tierra.
Desde que tengo uso de razón me propuse buscar la verdad de las cosas y enfrentarlas a capa y espada, me propuse ser una persona transparente, una persona honesta, leal. Eso implica un conocimiento radical del “ser” mismo.
Soy argel, rara, solitaria, maniática, cariñosa, agradable y sociable; las incoherencias de la personalidad, todas en una misma persona. Rocanrolera, bohemia, dormilona, habladora, de andar silencioso y marcado, densa y simple, práctica y complicada, experta en desatar nudos de hilos pero imposible en desenredar complejos, pequeña y altanera, orgullosa y humilde.
Y aún así, realizando una mirada introspectiva, en la que pretendo mostrar lo que soy, aún así, no me conozco, me asusto, me sorprendo de lo que soy, me desmotivo y me exijo, me castigo y me idolatro, me desaliento y me levanto.
Exigiéndome la transparencia cometí errores. Y me cuestioné, y me culpé, sin encontrar respuesta al “porqué”, pero con la respuesta del “para qué” entendí muchas cosas: Para que valores lo que tenés a tu alrededor, y para que des más de lo que podés, por que en realidad es posible.
Y ahora me toca levantarme, mirar alto y empezar de nuevo, debo atar cabos, juntar vidrios rotos, tirar a la basura los trapos sucios, juntar los papeles en blanco, pedir disculpas, reivindicarme, cambiar, o por lo menos mejorar, y si no mejoro yo, por lo menos las cosas debo hacerlas mejor.