domingo, 29 de marzo de 2009

Cuando los fuegos artificiales iluminaron el cielo, debí darme cuenta que se trataba de un oscuro presagio.
Ahora debo continuar, despegué las alas y me dispuse a volar, lejos del daño que he causado, lejos del dolor que he dejado.
Desde el cielo busco dónde aterrizar, pero no encuentro un lugar.

1 comentario:

MUGATU dijo...

que bellos son los fuegos artificiales en las noches de verano.