jueves, 28 de julio de 2011

Sobre la muerte

Hablando con mucha gente, llegué a la conclusión de que, hay personas que pierden a sus seres queridos de manera inadvertida, que se van sin sufrir, lo cual lleva al familiar a lamentarse de "no me haberse despedido o de no haber aprovechado el tiempo". Y a los que pierden a sus familiares, luego de una larga agonía, pueden decir (en algunos casos) que si pudieron despedirse, y tal vez tomarse el tiempo de grabar en su mente, lo segundos que quedan.

La muerte puede ser vista desde varias perspectivas: Como un consuelo luego de un largo sufrimiento, o como un arrebato en un momento inesperado.

Lo único que rescato, es todos nos morimos y venimos al mundo para cumplir una misión. No en ese orden, claro está. Tal vez nos pasemos buscando toda la vida la razón, pero la vida dentro de este cuerpo y en este tiempo debe ser aprovechada. La vida de los que están con nosotros también.

Uno debe tener a la muerte no como un reloj a contratiempo, ni como a una enemiga, uno debe tener a la muerte como una mensajero, debemos aprender a ser mejores personas a través de ella. Y no quedarnos en el lamento.

Una vez que llega, debemos saber dar un paso siempre al frente, porque estamos para aprender, y ser mejores de lo que somos hoy. Aprendí a aceptar a la muerte antes que llegue, aprendí de ella.

Apasiónense, amen, lloren de emoción, disfruten de los placeres, contemplen los lunares y las pecas de sus rostros, besen sus arrugas, cuenten sus canas, arañen espaldas con las uñas largas. Besen con lengua, rían fuerte, hagan cosas de las que no se arrepientan, persigan a un arco iris, bailen bajo la lluvia, conversen con el atardecer, confiesen su amor a la luna, compartan amaneceres, enójense poco, perdonen mucho, disfruten de la vida, porque cuando ya no queda nada de ella, nada se puede hacer.

Coman mandarinas bajo el sol del invierno y acuéstense a la orilla de un arroyo para dejarse llevar por su murmullo.

La vida es una sola, en este cuerpo y en este tiempo.

jueves, 14 de julio de 2011

Cómo era? Qué los cumplas o cumpleaños?


Una semana antes ya había confabulado con las primas y con mi hermana para comprar la torta, los bonetes y algunos globos. Tenía en los planes que todo fuera de "Las Chicas Superpoderosas" porque así nos hacíamos llamar las tres.

Cumplías 45 años, y nos hicimos las desentendidas durante la semana para que fuera una sorpresa, para que pases bien ese día.

Te habíamos cantado "Que los cumplas feliz" entre los tres, a la medianoche como es la tradición, era la primera vez que un cumpleaños era tan importante para mi, tu primer cumplaños como abuela, tu primer cumpleaños con pelo corto.

Tu sonrisa no se había borrado en los meses anteriores, te mantenías fuerte y cariñosa.

Era un cumpleaños muy especial.

Ese día salí tarde del trabajo, se habían presentado algunas cosas durante el día e hice lo posible para terminarlas a tiempo. La oficina quedaba lejos de la casa de abuela, para llegar a tiempo al cumpleaños sorpresa.

Por suerte Mile comenzó a inflar los globos y la sorpresa comenzó a tomar forma, el chocolate comenzó a volverse líquido y cálido, y las 45 velitas comenzaron a brillar.

Los bonetes tomaron su lugar sobre las cabezas de los que compartían contigo, y el frío típico de julio se adueñaba de la noche.

Tomé dos colectivos para llegar antes que acabe todo, llamé al celular a preguntar si ya cantaron el "cumpleaños"...

Llegué tarde a tu cumple mami... y fue tu último cumpleaños.

Sé que esperabas más de tu cumple, pero en el fondo de tu corazón sé que la pasaste bien. No me arrepiento de haber compartido el resto del año contigo, ni los primeros meses de este. No me arrepiento de las madrugadas en vela, no me arrepiento de haber dormido en el piso, no me arrepiento de las cosas que dejé.

Mañana tendrías que haber cumplido 46 años...

Desde donde quieras que estés mami te amo, y te extraño. Espero verte esta medianoche de nuevo y poder cantarte "Que los cumplas feliz".

Te amo.