viernes, 26 de diciembre de 2008

Piedritas.

Tengo una pesadilla extraña, en realidad son pesadillas de diferentes estilos: drama, acción, ficción, terror. Pero cuando las tengo (cada una de ellas sucede solamente una vez), me da la impresión que son pesadillas recurrentes… me explico? Como las galletitas…
En la vida real, la ventana da al patio de la casa, y desde mi dormitorio puedo observar lo que sucede afuera, quién golpea la mano, quien viene a vender algo y también a cobrar. En mis pesadillas también tengo la misma visual.
El martes por la mañana tuve una nueva pesadilla, de las que por alguna extraña razón no te suelta, hasta que enloquezcas y pierdas el sentido de fantasía- realidad.


Estaba dormida, como siempre, pero en esta ocasión era temprano por la noche. Me pierdo en sueños hasta que me despierta algo, alguien de afuera, que se encontraba en el patio me estaba tirando piedritas a la cara, y me quedo paralizada porque ¡¿Quién putacarajomierda va a tirar piedritas a las 11 de la noche?!, tomo aire y me hago de valor y levanto la cabeza para ver a través de la ventana, en eso se me acerca una persona completamente desconocida y por poco su rostro no atraviesa la reja que protege la ventana y comienza a gritarme!!.
- AHHHHHHHHHHH!! Mamáaaaaaaaaaa!!-
Corro desesperada al dormitorio de mamá y la despierto:
- Mamá porfa hacé algo que casi me muero del susto, hay alguien afuera y está mirando en la ventana porfaaa (estaba llorando del susto)
- Qué? (se despabila y por lo visto no escuchó nada porque es medio sorda)
- Mamá laputacarajo escuchame te ruegoooo, hay alguien afuera, me estaba tirando piedritas desde la ventana porfa tengo miedo, llamá al 911 porfaaa!!
En una de esas, mami también se arma de coraje y va a mirar también a la ventana, no había nada… nada de nada, ni señales. Ni piedritas en la cama.
- Ani… no hay nada, qué pasó? Te volvieron tus pesadillas? -me da un beso en la frente y va a la cocina, se sirve un poco de agua y me dice, dormí tranquila.
Estaba muy confundida, y me dije: Nooo, pesadilla nada, yo sentí las piedritas, yo toqué las piedritas… dónde carajo están las piedritas. Ni en pedo que dormía de nuevo en la misma pieza.
- Yapiró, pesadilla nomás fue, quéputacarajo, nunca más.
Entro al dormitorio y con desconfianza vuelvo a ver a la ventana. estaba el hombre de pelo blanco amagando gritos desde la calle mirando mi dormitorio.
- Carajo!!- dije y me tiré al suelo, arrodillada cerré la ventana, la tranqué y cerré la cortina, puse el edredón en el suelo y apagué la luz.
- No estoy loca, yo sé lo que ví.
En serio pensaba en aquella persona que acababa de ver, trataba de identificarla, de recordarme bien de su rostro para cuando tenga que reconocerlo en la comisaría:
Es un hombre delgado, mediano, evidentemente más alto que yo, de pelo blanco, pero no tiene pinta de anciano, la pie clara, viste de pantalón azul y remera blanca y no deja de poner “cara de grito”, o sea que tiene la boca abierta, no emite sonido, cuando lo ví por primera vez, en la que asomó su cara por la ventana tuve la impresión de que gritó, pero no, y tenía los ojos entrecerrados,por lo cual no pude distinguir el color de ojos, del susto por supuesto.

Amanece, y despierto alegre, fue una pesadilla nomás.
- Ani, necesito que vayas al coreano y traigas para el almuerzo. Dice mamá apenas se percata de que me estoy despabilando (mierda, con el calor que hace).
- Bueno… ya… desayuno y voy. No hay indicios del escándalo que hice anoche.
Voy caminando, desidratándome de calor y en eso veo al mismo hombre de la ventana, caminando a lo lejos haciendo esa horrible mueca con la cara.
- Qué me pasaaaa!. Y corrí de nuevo hasta casa, corrí con miedo, y por esa razón corrí como nunca.
- Mami por favor hay un señor que anoche me estaba tirando piedritas por la ventana y ahora lo ví en la avenida, porfa creéme mami, porfa!! Cerrá toda la casa te ruego. Y sin entender lo que ocurría lo hizo sin dudar.
Miraba por la ventana y vi que el hombre con la mueca horrible se acercaba a la casa y quería entrar, abracé fuerte a mamá y le dije: llamá al 911.
- Pero no hay nada afuera Ani, qué te pasa?.
- Quéeeee!! Pero si está entrando a la casa carajomierda!!
- Quién está entrando?
- Mamá no le ves? Ese señor mami!! Llamá a la policía porfa creéme!!
- Pero no hay nadie Analice!!

En eso me despierto en la cama de mi novio, y el me miraba a la cara.
- Pesadilla Flaka?

Ahora que termino de escribir esto, les cuento que no quiero mirar… la ventana.

jueves, 18 de diciembre de 2008

y si en mis manos estuviera el universo te las regalaría, me las amputaría si fuera necesario...
pero están vacías de aquello y llenas de venas, músculos, piel, uñas y líneas para la quiromancia don de gitana que hablan de tí, de mi amor, y huelen a tu cabello, que acarician y se enredan todo el tiempo.

Galletitas Danesas.

Era cerca del medio día, el ventilador daba lentas y eternas vueltas en el techo, y el sudor se había apoderado de mi cuerpo, dejando caer algunas gotas saladas sobre la almohada. Quise levantarme de la cama para ir a tomar un vaso de agua, pero la siesta me recibió con una tremenda caída, y no pude apoyarme en el suelo con las piernas.
Mis piernas habían sufrido en algún momento de la noche un cambio inexplicable:
Una piel gruesa y transparente había envuelto a mis piernas haciendo que se pudran y que las carnes se junten entre sí, dejándome como una sirena tenebrosa. El susto me impedía gritar en busca de ayuda, o el mundo se había quedado sordo. Me arrastré con mil ideas en la cabeza buscando alguna explicación para tal mutación, no podía entender, si a la noche me encontraba regando las plantas del patio y jugando con los gatos, y ahora estaba paralizada envuelta por esta cosa extraña.
Sólo pude llegar a la cocina, y al ver sobre la mesada una lata de galletitas danesas me invadió un hambre animal en la que tuve la sensación de que si una migaja cayera sobre mis manos me terminaría comiendo hasta los dedos.
- Galletitas danesas?, pero esa nunca la compramos.

Y desperté.
Me levanté de la cama porque definitivamente tuve una pesadilla, en la que me dio antojo de comer galletitas danesas y fui en busca de ellas para deleitarme con ellas, decidí acompañar su degustación con un inmenso vaso de leche.
- Mmm… delicioso.

Me atraganté con un inocente trozo, hasta que comenzó a faltarme el aire y sentí que se me salían los ojos hacia afuera, luego ya no veía nada, el vaso hizo un ruido mojado en el piso y las galletitas habían caído sobre mis pies, mis ojos rodaban en el suelo y mis dedos se incorporaban a los huecos que dejaron en mi rostro estos. Me agaché delicadamente y buscaba suave pero desesperada dos bolitas húmedas y blanditas, las encontré y las reincorporé en los huecos, los acomodé bien y los vidrios que se incrustaron en ellos me estaban cortando la piel del rostro, pero lo importante era que veía, y que podía ir en busca de atención médica. Hasta que escucho unos maullidos desesperados, eran mis gatos que se estaban asando en el horno, los mismos con quienes estaba jugando la noche anterior; cerré los ojos con fuerza y explotaron en mi quedándome completamente ciega, con vidrios y gotas de leche impregnadas en el interior de mi cabeza.

Y desperté por segunda vez.
- Miauuuuu, maullaba el gato, entrando por la ventana.
- Gato de mierda, casi me das un infarto.
Y lo acaricié hasta ganarme uno de sus ronroneos. Y comienzo a reír nerviosa por sobresaltarme con las pesadillas, y todo por causa de galletitas danesas – jajajaja- reí despacio.
Me reincorporé a la realidad despacio, fui a lavarme la cara y a cepillarme los dientes, me arreglo el cabello sin peinarme, sólo para sacarme de los ojos y ver mejor, y me doy cuenta de que tengo algo raro en uno de ellos, era algo que podía ver que se escondía detrás del globo ocular. No lo puedo creer, me tiemblan las piernas y el temblor se extiende hasta mis manos, acerco los dedos a mis ojos y trato de observar cuidadosamente, muevo el ojo para tratar de sacarlo y salió con mucho dolor un pequeño diente canino.
- Del gato?- me dije, y busqué a los tres para ver a quien faltaba uno de los caninos.
Encontré a los tres lamiendo las migas en una lata de galletitas danesas.

- Bastaaaaaaaaaaaaaa!! Grité.
Me levanté corriendo de la cama, salí al patio, miré al cielo y comencé a golpearme el rostro, a estirarme el cabello y a caminar sobre piedras para convencerme de que estaba despierta de verdad y en el mundo real. Donde no despertás sirena ni se te caen los ojos ni revientan y tampoco encontrás un diente de gato. Me miré en el espejo del baño un poco miedosa pero feliz de que uno de mis ojos no era transparente.
- Estoy bien, me dije.

En eso veo que llega mamá, me sentí tan feliz, tan segura. La respiración se estaba calmando y me estaba despabilando.
- Hola mami, que tal te fue en el trabajo?
- Bien hija, mucho calor –sonríe, beso- mirá, traje para el almuerzo, milanesas. Y de postre… galletitas danesas.

FIN.

El vasito.

De nuevo respondí al llamado de auxilio del planeta, por supuesto, en un caluroso colectivo.

Como me encuentro de vacaciones, el viaje en colectivo se ha reducido a un mínimo de extrema necesidad para escapar de mi rutinario hogar, la necesidad se presentó con el llamado de mi jefa administrativa para acudir al trabajo para renovar mi contrato debía hacerlo en el día porque se debían presentar los papeles, la idea me pareció frustrante debido al intenso calor que abunda en mi querido país, y al exceso de vueltas que da el colectivo para llegar al destino. La ida se mostró incómoda, el asiento presentaba un molde inadaptable a mi estatura, 1, 55 cm., tome la posición que tome, algún hueso sufría la dureza del plástico. El paisaje se mostraba brillante en exceso por la ubicación del sol, que estaba chocho porque ninguna nube de morondanga se interpondría con su objetivo: calcinar a la población paraguaya.
Llegué sudorosa y desgastada a destino y cumplí con mi objetivo, firmar la renovación y prometerme portarme bien una vez más, un mes más sin salidas de entre semana, tempranito a la cama, y ningún exceso de fin de semana para rendir en un 90% (un poco más y ya estaría delirando en la utopía, ya que sufro de un problema no descubierto aún por médicos denominado: hipercaigüetismo agudo, no hay tratamiento para tal mal congénito) con mis actividades laborales.
A la salida, de nuevo en la parada, subo al colectivo (en la misma línea en que fui aplastada por un mastodonte hembra sudoroso meses atrás), me encontré con un compañero de sección y fuimos conversando la primera mitad del trayecto sobre su adolescente noviazgo y lo astuto que es para elegir regalos, pero esa es otra historia. El compañero llega a su destino y desciende, y me dije: “Que Dios se apiade de mi ser y que no suba aquella mujer” (la que me aplastó de un tropiezo).
Y no subió. Cuando estábamos atravesando el histórico y oloroso Mercado número 4, sube uno de esos muchachos que venden jugos de frutas naturales, y yo moría de sed.
- Jugo a miiiiiiil, a mil la jugooooo.
Y pienso: ni en pedo, el tipo habrá tocado un nido de ratas y luego habrá metido la mano en la jarra, mínimo tiene ántrax.
- Jugo a miiiiiiiiiil, a mil la jugoooooooo.
- Dame uno, el de naranja.
Y fue el jugo con ántrax más frío y delicioso del universo.

En eso, una señora compra el jugo, lo toma y ¡lo tira por la ventana!, deseé con todas mis fuerzas ser un colectivo “Transformer”, y aplastarla en mis entrañas de chatarra.
- ¡por qué tirás eso!
- ¿Qué dijiste?
- Qué por qué tira eso usted a la calle…
- Por que es basura, y acá adentro en el micro no hay basurero, vos ves un basurero acá adentro mamita?
- A simple vista no señora, tiene usted razón, pero su cartera, o bolso o lo que tenga usted en su regazo puede improvisar de basurero no?
- Y querés que se llene de jugo toda mi cartera?
- No… quiero que se baje del colectivo, camine hasta encontrar su vasito de morondanga, se tome las gotas que faltan y se lo guarde en la cartera hasta llegar a su casa y lo tire en un basurero de verdad, porque aunque no lo parezca Asunción no es un basurero, por más que la gente se esfuerce en ensuciarlo más.
- Y vos vas a meter tu vasito en tu cartera pikó para no ensuciar el Paraguay luego?
- Claro- y tomé con el característico sonido “ssssssssssuuuuuuup!” hasta la última molécula de naranja que quedaba en el vaso , y lo guardé intacto en mi cartera. Ve usted? Nadie se murió por un vasito en la cartera, pero personas como usted están incapacitadas para pensar de esta manera.
- Pero es un vaso, un vaso nomás en la calle, enseguida van a pasar los limpiadores y van a barrer todo.
- Enseguida? En dónde vivís? En Suiza? Claro que no (ahí si soy bastante pesimista), vivís en un país en el que se debe esperar la alineación de los astros para firmar un documento señora, en dónde el invierno es también verano, porque hasta la naturaleza sufre cambios pero nuestro país sigue atrasado a causa de la constante repetición de sus errores. Qué pensás? Que Lugo con su frase de Alianza para el Cambio hará que las basuras se junten en Cateura por si solas, porqué no multiplicás vasitos de plástico por mentalidades como la tuya por colectivos que pasan por esta calle en 24 horas eh?, gente como vos ensucia esta ciudad y este país, gente como vos cree en el cambio de 100 años de politiquería barata, troglodita y represiva en 100 días por Dios!.
- Espero que tus hijos estén bien alimentados a base de sal yodada y jugo de mango, porque el cambio lo veo sucio… por culpa de personas como usted.

Me acomodé en mi asiento, miré por la ventana dando un relajado y heróico suspiro y mi cartera hizo “crshhhhhhhhhhhh”.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Y las galaxias me sorprendieron extraña a la noche con manos vacías e ilusiones cargadas...

jueves, 11 de diciembre de 2008

martes, 9 de diciembre de 2008

Hilito

Un hilito de sangre comenzó
a tejer el sendero al más allá
el dolor brotaba con un grito
el dolor gritaba por dentro
con una explosión desde mis entrañas.
Y tejía el sendero a un nuevo lugar,
y tejía el sendero al más allá.
Mientras el cuchillo se sentía frío en mi cuerpo tibio…
buscaba muy profundo en
tus ojos un pedacito de alma.
El dolor rondaba los árboles,
el dolor detuvo el tránsito
Y tejía el sendero a un nuevo lugar…
Y tejía el sendero al más allá…
Mi sangre tejía el sendero a un nuevo lugar…
Mi sangre tejía el sendero al más allá…
Un beso tuyo dio tibieza por
última vez a mis fríos labios.
La oscuridad de la ciudad
se había vestido de blanco.



Y buscaba en tus ojos un pedacito de alma…
Y luego recordé que ese pedacito de alma
había comenzado a brotar dentro de mí.
Brotaba la sangre…
Brotaba una vida más…
Y lo llevé conmigo al más allá.


Analice Vera.

YO, The Matrix.

Desde que estaba colgando como un conjunto de células en el vientre de mami viajo en colectivo. Viaje en colectivo, necesidad que mata.

Luego de terminar un TP (trabajo práctico) en lo de un ex amigo, subí a un colectivo muy parecido a otro que me lleva a casa, tomé el parecido, el equivocado. Entonces a eso de las seis de la tarde bajé sobre Rodríguez de Francia y otra calle porque no me quedaba de otra. (ese es el único motivo para descender de un colectivo a esa hora y sobre esa calle, sobre todo siendo del sexo femenino). Lo hice, metí la mano en el bolsillo y me dispuse a juntar monedas para un nuevo pasaje, la espera del colectivo se volvió desesperante debido a la escasez de luz que iba aumentando con el paso de las horas.
Miraba a lo lejos por si asomaba algún bus, y miraba detrás por si asomaba un chorro.
Y en un descuido… ¡ZAZ! Me tocan el culo.
Putacarajomierda (helada como si me hubieran hecho un enema en la vía pública, de ser mejor, con semáforo en rojo y en hora pico)
No me animé a mirar quien putacarajomierda me tocó el traserito. Me animé… caminé de puntitas detrás del malnacido y lo increíble era su actitud, como si nunca hubiera tocado mi trasero.
Lo pateo en la parte de atrás de la rodilla y cae al suelo asustado.
Tocaculos: qué te pasa loca de mierda!
Anita: me tocaste el culo carajo (patada en los brazos que cubrían la boca de su estómago)
Tocaculos: pero no te toqué tu culo! Estás loca le voy a llamar a la policía!
Anita: yooooo le voy a llamar ahora carajo! (lo vuelvo a patear, mientras saco mi celular y marco *162 (para escuchar saldo)) y te vas a ir preso pedazo de mierda! Mirá bien mi cara y mirá bien mi culo y acordate eh? Porque es la última vez en tu vida que tocás un culo carajo!
El moquete se estaba dando frente a un local de comidas, el dueño sale asustado y me estira del brazo y me pregunta que pasa.
Anita: me tocó el culo este desubicado!
Cocinero: dejale mi hija, no te metas en problemas (me estira hacia el local)
El tocaculos huye cobardemente y probablemente adolorido.
Cocinero: que te pasó hija?
Anita (muy acelerada a causa de la adrenalina que seguía produciendo mi organismo): estaba esperando el colectivo y ese calentón me tocó el culo! No se puede ni esperar el colectivo en paz! Por que si no te llevan la cartera, el celular u otra cosa, te llevan hasta la santidad!
Cocinero: tranquila nomás, vamos a llamar a la patrullera y vamos a hacer la denuncia (me sirve un vaso de agua)
Anita (disminuyendo la dosis de adrenalina): no creo que usted quede así tranquilo si le tocan el trasero a su hija, o si le tocan a usted verdad?
Cocinero (tal vez homosexual): por lo menos no te hizo otra cosa.
Anita: no se trata de otra cosa ni nada señor, se trata del respeto que nos debemos todos los ciudadanos, de nuestros derechos y nuestras obligaciones. Si un idiota se cree que tiene el derecho de andar tocando traseros ajenos en la vía pública, yo, automáticamente tengo el derecho de defender mi dignidad y reivindicarme con el resto de las mujeres, madres, abuelas, tías, hermanas, amigas, suegras, cuñadas, hijas de esta sociedad corrupta. Nada más. Gracias por el agua.
Salí a la calle y subí al correcto.