lunes, 29 de marzo de 2010

Besos.

Hoy, una amiga me sorprendió con un post que llenó de incontables sentimientos... http://mecagoentublog.blogspot.com/2010/03/besame-mucho.html

"Recuerdo sus manos merodeando mis caderas, presionada por la pared, víctima y culpable, poderosa, frágil... feliz... feliz... feliz...
simplemente, feliz."

Que nos hagan sentir objeto de su deseo nos aumenta el ego e incita a la locura.

Lo que quiero complementar, con el blog de esta amiga, y compañera de pensamientos es lo siguiente:

Malditos pendejos aquellos que creen que su pene es lo primero que queremos. El BESO señores es lo principal, y de la manera en que besan a una mujer podemos "detectar" casi instintivamente lo buenos o pésimos que serán en la cama. El movimiento de sus lenguas es lo que delata el nivel de "sensualidad" que poseen en la cama, o en dónde realicen el acto.

Ustedes muertos por llegar "al acto" y nosotras deseando un largo beso más.

Aprendan retrasados sexuales que cuanto más tiempo tienten a una mujer más placentero y salvaje será el acto. Y que con un beso tierno, apasionado, tibio, que delate las ganas que sienten hacia la mujer en cuestión, los hará grandes, gallos, o no sé qué pelotudés más les podría llegar a halagar su patético conocimiento de los deseos de la mujer.

El beso señores, es lo más importante. Es la carta de presentación del "amigo", el currículo vitae, el antecedente policial, la referencia personal de lo que se encuentra centímetros más abajo. Así que polluelos agarren sus brazos y comiencen a chupar... y si aguantan 40 minutos... son unos profesionales, luego salgan y busquen alguna chica que les robe el sueño y procedan a la conquista. Ah! no me quiero olvidar el detalle aún más importante: Cepíllense los dientes y métanse un halls... menos el de color azul, o el negro... que les deja el aliento a barra brava.

martes, 16 de marzo de 2010

Bocinazo

Nosotras, las mujeres que no poseemos un ingreso sustentoso de dinero diría yo, como para comprarnos un fusquita y pintarlo con flores neo hippies, debemos soportar mediante la humillación el viaje en colectivo, o en el peor de lo casos, caminar en la vía pública de este caluroso país.
El día de hoy, estaba regresando a mi hogar, cuando en el trayecto , a través de la sucia ventana, pude divisar una chica, una mujer, una señorita, un ser humano con trasero redondeado, senos voluptuosos y vagina, se encontraba desplazándose en el sector que compete a los peatones, una inocente y lecherada vereda lambareña.
Sobre la misma vereda, detrás de ella, venían 5 hombres, que por sus miradas parecían fieras al acecho de su presa. Al mismo tiempo que éstos seres masculinizados se acercaban a la víctima de sus deseos banales, las manos de los hombres descendían carentes de disimulo a la zona entre el cierre y la bragueta de cada uno de sus pantalones, shorts o bermudas, y procedían al tradicional “manoseo- acomodo –rascado de bolas”, y para complementar, el bocinazo del chofer. Si, el bocinazo, de esos que imitan un silbido piropeador.
Por un momento, cuando los hombres se acercaban a escazos centímetros de la mujer, creí que uno estaba por meterle la mano en el trasero. Pero fue una mueca, un amague que hizo para “reírse” con sus demás compañeros de vereda – trabajo- cerveza. La mujer no se percató de esto, pero si de la violación visual de la que fue víctima por algunos minutos.
Entonces, en ese preciso momento llegué a una conclusión, digna de una investigación de antropólogos y psicólogos de Harvard, o qué se yo cuál de las universidades burguesas compete a estas carreras:
Por cada vez que un hombre se manosea los testículos en la vía pública, un chofer está tocando la bocina, sea de colectivo, taxi, moto, auto, camioneta, motoneta, etc.
Los que se desplazan a pié, pueden hacerlo directamente sobre el miembro, ya que las manos están libres, pero los que manejan algún vehículo, tocan la bocina, que es lo más parecido a los testículos de un hombre al momento de ser manoseados por su dueño: Una verdadera molestia.
La dignidad de esto hombres es mucho más pobre y baja que el testículo izquierdo que les cuelga balánceandosedeladoaladoguardandomáscontenidoquesuspropioscráneos.
No los soporto, no tengo porqué tolerarlos.